Tengo, Sí y muchas. Confieso, hacerlo bajo el agua es una de las repetitivas y concedidas. He fantaseado con algunos prohibidos, con un vecino, con amigos de esos que hay que respetar y también con algunos peatones como un ejercicio de memoria que me ha hecho recrear. Las mujeres fantaseamos con figuras que en nuestra historia representan seguridad, si así como los uniformes, un militar, un bombero, un piloto, y cualquier imagen que nos evoque el morbo y la pasión de ver la debilidad debajo de esa formalidad. Claro detrás de cualquier ropa un cuerpo musculoso, unas nalgas apetecibles y porque no barriga nula. Nadie fantasea con un calvo barrigón y mucho menos con un señor de setenta años. Creo que no.
No siempre la fantasía va de la mano con la imagen perfecta y los músculos, otras veces va matizada de cotidianidad, pero de escenarios diferentes y encuentros inusuales. Amo los hombres que aún persisten en el romanticismo tan olvidado y criticado. Sigo chapada a la antigua, los caballeros me enamoran. SEGUIR LEYENDO
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